Ejemplos
Centro Histórico de Oaxaca: El Centro Histórico de Oaxaca, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha experimentado un proceso de gentrificación en las últimas décadas. La llegada de turistas y la creciente popularidad de la ciudad como destino turístico han impulsado la apertura de nuevos hoteles boutique, restaurantes gourmet, galerías de arte y tiendas de artesanías. Si bien esto ha contribuido al desarrollo económico de la zona, también ha generado preocupaciones sobre el aumento de los precios de la vivienda y el desplazamiento de residentes de bajos ingresos. Además, la gentrificación puede impactar la autenticidad cultural y la identidad.
Colonia Roma y Colonia Condesa, Ciudad de México: Estas colonias históricas han experimentado un proceso de gentrificación en las últimas décadas. Antiguamente consideradas zonas bohemias y de clase trabajadora, han sido revitalizadas con la llegada de nuevos residentes, restaurantes, cafés y boutiques de moda. Esto ha llevado a un aumento en los precios de la vivienda y a la transformación del paisaje urbano.
Centro Histórico de Guadalajara: El centro histórico de Guadalajara ha sido objeto de proyectos de renovación y revitalización en los últimos años. La restauración de edificios históricos, la apertura de nuevos negocios y la llegada de residentes de mayor poder adquisitivo han cambiado la dinámica social y económica de la zona, generando preocupaciones sobre el desplazamiento de los residentes originales.
Barrio Antiguo, Monterrey: Ubicado en el corazón de Monterrey, el Barrio Antiguo ha experimentado un proceso de gentrificación impulsado por la llegada de bares, restaurantes, galerías de arte y espacios culturales. Si bien esto ha revitalizado la zona y atraído a visitantes, también ha generado controversias sobre el aumento de los precios de la vivienda y la pérdida de la identidad histórica del barrio.